El método científico empieza con la observación.
Observamos el mundo que nos rodea. Con todos nuestros sentidos y todas aquellas herramientas que hemos podido inventar y desarrollar (balanzas, microscópios.....).
Imagina que te levantas de la cama por la mañana y ves, cerca de tu casa, que hay un árbol caído. Estás haciendo una observación. Observas como es el árbol, si hubo viento o no aquella noche. La pregunta es obvia: ¿por qué cayó el árbol?
Cuando vemos algo que nos llama la atención, solemos preguntarnos cuáles fueron sus causas. Esto nos lleva al segundo paso del método científico el planteamiento de la hipótesis.
la hipótesis consiste fundametalmente en una idea o conjunto de ideas
capaces de dar sentido a nuestras observaciones. Cuando proponemos una
hipótesis lo que hacemos es proponer las razones por las que suponemos
que se ha producido un fenómeno concreto. Ésta puede que sea acertada o
no, pero nosotros creemos que es la correcta.
Pero para formular una hipótesis empleamos normalmente dos razonamiento: el inductivo y el deductivo.
En el razonamiento inductivo, se trata de buscar una respuesta basandose
en los conocimientos de que ya se dispone. A modo de información fue
Francis Bacon quien en el año 1620 tuvo la idea de aplicar este tipo de
razonamiento al método científico.
El razonamiento deductivo consiste en descartar todo aquello que no
pueda ser cierto; por lo tanto lo que queda deberá ser la verdad. ¿Quién
es el más famoso detective de todos los tiempos?, Efectivamente
Sherlock Holmes. Este personaje utilizaba el razonamiento deductivo para
descubrir a los criminales.
El
problema del razonamiento deductivo es su aplicación al mundo real. ¿Se
imaginan la cantidad de posibilidades que hay que descartar en relación
a un problema?
El siguiente paso en la aplicación del método científico consiste en
realizar una prueba o pruebas para validar o rechazar nuestra hipótesis.
Esta prueba lo hacemos con nuestros experimentos.
En resumen los experimentos deben tener 3 características:1.- Que nos proporciones resultados claros.
2.- Que las condiciones de nuestros experimentos sean controlables.
3.- Que se pueda repetir.
Realizamos el experimento y comprobamos si sucede o no lo que habíamos pronosticado. Llegamos al siguiente punto del método científico: Si el resultado es positivo, intentaremos predecir lo que sucedería en situaciones similares, si es negativo cambiamos nuestra hipótesis y volvemos a empezar.
Lo más importante del método científico es que un científico puede hacer
una predicción y desarrollar una teoría que, posteriormente, sea
comprobada por otros científicos. Si estos científicos corroboran sus
experimentos se da un gran paso hacia la certeza de algo. Si no es así
se puede pensar que algo puede estar mal en el planteamiento inicial y
volver a cambiarlo.
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